Ginger,Que tu corazón agrande el mío hasta estallar.

Fue entonces que pareciera que habíamos pensado al mismo tiempo, o tal vez inconscientemente, nos miramos cara a cara, sin hacer nada; yo, miraba sus ojos y fantaseaba con lo negro de ellos, como si existiera otro mundo dentro de tales, un mundo que me hipnotizaba al verlos, y por lo cual no dejaba de hacerlo, admiraba sus ojos, su nariz, su frente, sus mejillas, su barbilla, todo!; su boca, que por el frío escaseaba de color; al igual que sus labios, esos labios que me invitaban a ser besados intensamente y perderme en ellos.Entonces, con un leve movimiento de mi cabeza me aproximé más a ella, mucho más, tanto que podía respirar su aire, podía sentir el roce de su rostro con el mío, esa nariz helada por el día.Sin poder esperar más, intenté besarla, pero ella lo evitó, sin perder la distancia.Sentí confusión al percatarme de lo sucedido, pero una sonrisa traviesa y un abrazo aún más fuerte provocarían mi exaltación.

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